Investigadores estadounidenses demostraron que ni las pantallas faciales ni las mascarillas N95 con válvula no funcionan para evitar la propagación del Covid-19, y advierten que su uso generalizado por parte del público podría tener efectos adversos en los esfuerzos por frenar la expansión del virus.
El estudio fue realizado por investigadores en un laboratorio de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Informáticas de la Universidad Atlántica de Florida (FAU) y se publicó en la revista Physics of Fluids el martes pasado.
Para hacer la demostración, los científicos emplearon iluminación con láser y una mezcla de agua destilada y glicerina para generar la niebla sintética que recreaba las gotas en aerosol que se exhalan al toser o estornudar.
Los resultados demostraron que las pantallas faciales bloquean el avance inicial del chorro, sin embargo, las gotas expulsadas se mueven alrededor del visor con gran facilidad y se extienden por una gran área.
«Pudimos observar que las pantallas faciales son capaces de bloquear el movimiento inicial de avance del chorro exhalado, sin embargo, las gotitas en aerosol expulsadas con el chorro se podían mover alrededor del visor con relativa facilidad», advierte Manhar Dhanak, director de SeaTech y coautor el estudio.
Por su parte, las simulaciones con cubrebocas equipadas con una válvula de exhalación demostraron que un gran número de gotitas sin filtrar atravesaba la mascarilla, lo que reduce su eficacia contra el virus. Siddhartha Verma, autor principal y profesor del Departamento de Ingeniería Oceánica y Mecánica de la FAU, mencionó que en Estados Unidos «estamos viendo una tendencia creciente a que las personas sustituyan las máscaras de tela o las quirúrgicas normales por pantallas de plástico transparente o mascarillas con válvulas de exhalación«.
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— FAU News Desk (@FAUNewsDesk) September 1, 2020