La reciente noticia de un hombre que murió de hambre en las afueras de un templo en puebla, debería ponernos a reflexionar si como humanidad estamos perdiendo exactamente eso, el sentido humano.
¿Somos acaso indolentes ante la desgracia ajena?, o estamos tan deshumanizados que podemos ver a alguien morir frente a nuestros ojos, sin hacer nada.
Este hecho ocurrido en puebla, el pasado miércoles, debería alertarnos para reflexionar sobre lo que es realmente importante en la vida.
Este hombre conocido como “El abuelito!”, por los residentes de la zona, asistía diariamente a la iglesia y dormía incluso fuera de el templo, según testigos.
Tras pasar días o semanas de lo mismo, la gente no lo apoyaba con lo que necesitaba, nisiquiera cuando el hombre se quejaba de un dolor en su estomago, que seguramente fue causado por la inanición.
Lamentablemente el abuelito de 65 años de edad, falleció hincado frente al templo del “Señor de los Trabajos”, en la colonia San Pablo de los Frailes, Puebla.