Representantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia discutieron este miércoles cara a cara en Bruselas sus diferencias en materia de seguridad, en un encuentro que no logró avances concretos en la búsqueda de desactivar la crisis en la frontera ruso-ucraniana.
Al fin de la jornada de diálogo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, constató “diferencias significativas” en las posiciones y admitió que esas divergencias serán difíciles de sortear.
Existen diferencias significativas entre los aliados de la OTAN y Rusia en estos temas y las diferencias no serán fáciles de salvar, pero es una señal positiva que todos los aliados de la OTAN y Rusia estén sentados en torno a la misma mesa”, expresó.
De acuerdo con Stoltenberg, en la reunión la OTAN propuso a la parte rusa acordar una serie de reuniones temáticas, aunque los enviados de Moscú explicaron que precisarían de tiempo para ofrecer una respuesta.
No obstante, Stoltenberg sostuvo que la OTAN no hará concesiones fundamentales ni aceptará que Rusia tenga un poder de veto sobre qué país puede sumarse a la alianza militar.
Ucrania es una nación soberana, tiene el derecho de defenderse. Y Ucrania no es una amenaza para Rusia. Es Rusia la agresora. Rusia ya ha usado la fuerza y continúa haciéndolo contra Ucrania”, acusó el jefe de la OTAN.
De su lado, Moscú dijo que la reunión dejó al descubierto graves diferencias en aspectos esenciales, según el enviado ruso, el viceministro de Relaciones Exteriores Alexander Grushko.
El diálogo expuso un elevado número de desacuerdos en cuestiones fundamentales”, mencionó Grushko a la prensa luego del encuentro.
Grushko exigió a la alianza militar transatlántica garantías de que no admitirá a Ucrania.
Reducir tensiones
Por su parte, la subsecretaria estadunidense de Estado, Wendy Sherman, dijo que Rusia vino a la reunión “a presentar sus preocupaciones” en materia de seguridad, pero que ahora Moscú tenía el desafío de responder a la oferta lanzada por la OTAN de realizar una serie de reuniones temáticas.
La idea, apuntó la funcionaria estadunidense, es convencer a Rusia a “desescalar la situación, escoger el camino de la diplomacia, seguir comprometida en un diálogo honesto y recíproco, para que juntos podamos identificar soluciones”.
La cooperación entre la OTAN y Rusia, que estaba congelada desde 2014, se rompió en octubre pasado cuando la OTAN expulsó a ocho diplomáticos rusos de sus instalaciones, y en respuesta Moscú decidió cerrar su oficina de representación ante la alianza militar.
Ante la crisis en Ucrania las partes acordaron reactivar este Consejo OTAN-Rusia, como forma de restablecer un canal de diálogo.
Sherman había informó el martes a los aliados de la OTAN sobre las conversaciones que mantuvo el lunes en Ginebra con el viceministro ruso de Relaciones Exteriores Sergei Riabkov.
Las conversaciones sostenidas por Sherman y Riabkov en Ginebra no fueron concluyentes, ya que por ahora rusos y estadunidenses se han mantenido firmes en sus respectivas posiciones.
Rusia, por ejemplo, exigió a Estados Unidos y sus aliados una garantía concreta de que Ucrania no se unirá a la OTAN.
Por su parte, los estadunidenses no han hecho concesiones, pero han formulado propuestas para reducir los riesgos de conflicto e iniciar el desarme convencional y nuclear, explicó la nueva embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Julianne Smith.
En ese escenario, Washington habría asegurado a Moscú que no tiene intención de colocar armas ofensivas en Ucrania, pero ha negado cualquier intención de llevar a cabo una desmilitarización en Europa, dijo por su parte un diplomático europeo.
Este mismo miércoles, el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, dijo que la política de “puertas abiertas” adoptada por la OTAN y la expansión de la alianza militar transatlántica hacia el Este eran una “amenaza” para Rusia.
En Bruselas, Stoltenberg y Sherman reiteraron que una eventual acción militar rusa contra Ucrania tendría un “costo elevado” para Rusia.
Con información de Excélsior