Una serie de ataques informáticos a las campañas de Kamala Harris y Donald Trump está siendo investigada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), confirmó el organismo el lunes 12 de agosto.
“Podemos confirmar que el FBI está investigando este asunto”, señaló al respecto la misma entidad a comienzos de esta semana, una declaración que encendió las alarmas para los demócratas y republicanos que se alistan para la recta final de las presidenciales en Estados Unidos.
Tres fuentes anónimas de la campaña demócrata –de cuando Joe Biden era aún el candidato del partido– aseguraron que recibieron correos electrónicos diseñados como “legítimos” que, al abrirlos, habrían dado acceso a sus respectivas redes de comunicación.
Sin embargo, estas mismas fuentes confirman que aún no hay pruebas de que estos intentos fueran exitosos.
El diario The Washington Post ha dicho que el FBI inició su investigación en junio bajo la sospecha de que Irán estaba detrás del presunto robo de datos de las dos campañas electorales. A su vez, este intento de hackeo tuvo lugar después de que Biden anunciara en julio su retiro de la carrera por la Casa Blanca y de la llegada de Harris como su reemplazo.
Del lado republicano, la campaña de Trump aseguró el pasado sábado que había sido víctima de un ataque informático y que se habían robado y distribuido documentos internos confidenciales.
El mismo sábado, el medio Politico afirmó haber recibido documentos internos filtrados de la campaña del magnate republicano por correo electrónico de una persona identificada como “Robert”; el material incluía, tal y como informó el servicio informativo, documentos de investigación sobre la fórmula vicepresidencial de Trump, J.D. Vance y de Marco Rubio, quien también era considerado como posible candidato a la Vicepresidencia.
Por su parte, diarios como The New York Times y The Washington Post dijeron que también recibieron material filtrado, sin especificar más detalles.
Aún no hay luces sobre si lo que recibieron estos medios de comunicación está relacionado con el presunto hackeo a la campaña de Trump. Con relación a ello, Steven Cheung, portavoz de la campaña del expresidente, señaló que sí estaban relacionados y que habían sido obtenidos “ilegalmente”, al tiempo que advirtió que “cualquier medio de comunicación que adultere documentos o comunicaciones internas está siguiendo las órdenes de los enemigos de Estados Unidos y haciendo exactamente lo que ellos quieren”.
¿Qué dice la campaña de Harris?
La campaña presidencial de Kamala Harris aseguró este martes que el FBI ya le había notificado el mes pasado que era “el objetivo de una operación de influencia de un actor extranjero”.
“Contamos con sólidas medidas de ciberseguridad y no tenemos conocimiento de ninguna violación de seguridad de nuestros sistemas como resultado de esos esfuerzos”, apuntó un funcionario de la campaña, quien también agregó que siguen en contacto con las autoridades sobre el tema.
La campaña de Trump responsabiliza a Irán
Según la campaña de Donald Trump, Irán está detrás del presunto ataque cibernético. A pesar de que el grupo del republicano no ha proporcionado evidencia específica que demuestre que Teherán está detrás del hackeo, sí ha mencionado un informe de Microsoft que detalla un intento iraní de infiltrarse en una campaña presidencial en junio.
Dicho informe apunta a que una unidad de inteligencia militar iraní había enviado “un correo electrónico de ‘phishing’ a un funcionario de alto rango de una campaña presidencial desde una cuenta de correo electrónico comprometida de un exasesor principal”.
Microsoft no reveló qué campaña o asesor fue el blanco del ataque cibernético, sin embargo, sí dijo que les había notificado a los implicados.
Así pues, Trump junto a su asesor y viejo amigo, Roger Stone, han dicho que esta empresa tecnológica los contactó con relación a presuntas incursiones cibernéticas. En su red social Truth Social, el expresidente aseguró que Microsoft Corporation le informó a su campaña que uno de sus “numerosos sitios web fue hackeado por el gobierno iraní”.
El ‘phishing’ es una forma de ciberataque en el que el atacante se hace pasar por un remitente conocido o de confianza para así instalar un malware -software malicioso- y obtener información confidencial de su víctima.
El caso Clinton: no es una novedad
En 2016, un supuesto ataque ruso expuso correos electrónicos enviados y recibidos por el jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta. Wikileaks, sitio web, publicó una gran cantidad de mensajes que fueron tomados y replicados por varios medios de comunicación.
Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado estadunidense, ha hecho énfasis en que esta táctica cibernética es una constante en el escenario estadounidense y que es una prueba de que adversarios extranjeros están “decididos a sembrar el caos y socavar nuestro proceso democrático”.
“Por eso tenemos que mantenernos firmes para garantizar que nuestra ciberseguridad pueda resistir tales intrusiones a medida que nos acercamos a noviembre”, aseguró Schumer.
Al respecto, los expertos apuntan que es poco probable que este reciente ataque cibernético sea el último intento de interferir en el panorama electoral de Estados Unidos.
Según funcionarios estadunidenses y miembros de Microsoft, tanto Irán como Rusia, por ejemplo, han comenzado a atacar a los estadounidenses con sitios web de noticias falsas y contenidos en redes sociales que, presuntamente, buscan influir en el electorado del país.