El Grillito Haciendo ruido en todos lados
El australiano Alex de Miñaur conquistó el Abierto Mexicano de Tenis por segundo año consecutivo, ante un público de Acapulco rendido ante él bajo el grito de “Alex, hermano, ya eres mexicano”.
“Creo que un año más y ya soy mexicano”, dijo australiano entre risas en entrevista para Excélsior.
Tuvieron que pasar 12 años para que Acapulco tuviera otro bicampeón, desde David Ferrer en el 2012 el Abierto Mexicano de Tenis no había sido conquistado en dos ocasiones por un mismo hombre.
“No pensé que iba a tener tan buenos recuerdos al siguiente año, después del primer título y ahora he podido agregar uno más a mi carrera”, y es que, para Alex, el haber levantado nuevamente el Guaje de Plata apenas cuatro meses después de que el Huracán Otis azotara el puerto de Acapulco tiene un significado especial.
“Me pone aún más contento de que sea acá en Acapulco con un público que ha sufrido un montón, es una ciudad muy importante para mí, se siente como mi segunda casa”, añadió
Sin embargo, el panorama al inicio del ‘Back To Back’ mexicano no se vislumbraba así. El duro descalabro en los octavos de final del Abierto de Los Cabos lo hizo dudar de si podría lograr el bicampeonato en Acapulco.
“Super orgulloso de cómo ha cambiado mi nivel de una semana a la otra, me pude dar tiempo para adaptarme y sacar la semana perfecta”, comentó.
La temporada en el circuito de la ATP es joven, el 2024 aún tiene mucho que ofrecer y mucho más por lo que pelear, un año ideal implicaría volver a los primeros lugares del ranking, la meta está en el Top 5.
“Ganar muchos partidos, todo se basa en eso, cuando más ganas, más subes ese ranking y más si es en los torneos grandes. Sí, puedo dar el salto al siguiente nivel, de eso se trata y vamos a intentarlo”, mencionó.
De Minaur se tomará un momento para saborear las mieles de la victoria, y ve el triunfo ante Casper Ruud como un punto de inflexión en su carrera, un punto de no retorno, con miras a seguir cosechando triunfos.
“Ojalá, este año he tenido un nivel muy alto, pero es aún el comienzo y hay que seguir en la línea y con ello los resultados llegarán”, agregó.
Pasaba de la una de la mañana cuando terminó la entrevista, y más allá de querer festejar o descansar, Alex solo pensaba en una cosa, viajar a Tijuana en un vuelo a las 6 de la mañana para cruzar a los Estados Unidos y ver a su pareja de años, la tenista Katie Boulter disputar la final del Abierto de San Diego.
“Ella es un factor muy grande en mi vida y en mi carrera, es su primera final de un 500 y quiero estar con ella, quiero verla triunfar”, finalizó.
