Con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de preservar el Mar Muerto, sin afectar el abastecimiento de agua de los países que se encuentran a su alrededor, Spencer Tunick emuló la construcción de una tubería humana en el paisaje desértico que rodea la ciudad de Arad, en Rumania, la cual, desemboca de manera simbólica, en el lago salado.
Para realizar esta instalación humana, el fotógrafo norteamericano contó con la participación de 200 personas entre 19 y 70 años, quienes envueltas en pintura blanca para provocar una reflexión en torno a los graves problemas medioambientales y la inminente desaparición del Mar Muerto.
“Mi propósito es crear conciencia sobre el Mar Muerto, que está desapareciendo. Hay que encontrar la manera de mantener el nivel del mar o traer agua dulce, sin afectar el abastecimiento de agua de los países de alrededor. El agua es vida”, señaló Tunick.
De acuerdo con el fotógrafo estadounidense, esta instalación obedece a un trabajo más conceptual en el que ha incluido menos gente que hace diez años, donde la gente pintada de blanco representa una especie de columnas de sal.
En el Mar Muerto se han formado una especie socavones y pozos por los cuales diversas playas y lugares que lo rodean han quedado totalmente inaccesibles, para poner una solución a este problema, se consideran dos opciones, la construcción de un canal que emane agua desde el Mar Rojo o desde el Mediterráneo, una idea que Tunick evoca con la “tubería humana”.
Además, con esta nueva instalación pretende recaudar fondos para la construcción del Museo del Mar Muerto, un proyecto en ciernes de su amigo, el activista Ari Leon Fruchter, que lleva años luchando para preservar ese espacio magnético, el lugar más bajo de la Tierra, 400 metros por debajo del nivel del mar.
Con información de Heraldo de México