La Danza de los Viejitos es una de las danza más emblemáticas de nuestro país. Su origen se rastrea hasta la época prehispánica, cuando la cultura purépecha realizaba ofrendas al Dios Viejo o Dios Sol (Tata Jurhiata), con el objeto de tener buenas cosechas.
Hasta antes de la Conquista, la danza era conocida como T’arche Uarakua y se celebraba en la región que hoy abarca los estados de Jalisco y Michoacán. De acuerdo con la tradición, la Danza de los Viejitos nació específicamente en el pueblo de Jarácuaro, ubicado en la región del lago de Pátzcuaro. En aquella época la danza sólo podía ser interpretada por los petámunis –los cuatro sabios principales de la comunidad– quienes por ende eran también ancianos.
La Danza de los Viejitos, de origen prehispánico
Los petamunis solía hacer movimientos con su bastón al inicio de cada estación del año. Al grupo se añadía un participante que portaba una máscara que representaba la renovación estacional y la juventud. Con la Conquista, la danza fue prohibida, sin embargo, los grupos indígenas la continuaron realizando en secreto. Con el paso del tiempo, la danza perdió su sentido religioso y pasó a ser una sátira de los españoles.
Otra de las características que se modificó fue la indumentaria de los danzantes. Actualmente, los danzantes utilizan jorongo hecho con jerga, sombrero y camisa y pantalón de manta, ropa implementada durante la época virreinal. Asimismo, ahora los jóvenes tienen permitido participar en la Danza de los Viejitos, para ello utilizan una máscara con rostro de anciano y utilizan un bastón de madera rústica con la talla de un venado en la parte superior.
Para danzar los participantes encorvan su espalda y zapatean, lo cual tiene como significado la fortaleza de la cultura purépecha. Otra de las características de su nueva versión es la integración de la música, la cual es una mezcla de ritmos prehispánicos y europeos.
Con información de México Desconocido