La Independencia de México se consumó el 28 de septiembre de 1821 tras la firma del acta que ponía fin al yugo español y daba inicio al Primer Imperio Mexicano. Este documento fue jurado por la Junta Soberana, pero lo que muy pocos mexicanos saben es que por más de un siglo, este papel no estuvo en territorio nacional.
Aquel 28 de septiembre de 1821 se firmaron dos actas, pero en un hecho insólito en la historia mexicana, éstas se perdieron tan solo cincuenta años después de su promulgación. Una de las actas se resguardó en la Junta Provisional Gubernativa, antecedente del Congreso de la Unión. Pero esta copia desapareció tras el incendio de la Cámara de Diputados en 1872.
La otra copia se protegió en Palacio Nacional, sin embargo la sorpresa fue tal cuando Lucas Alamán, en su puesto como secretario de Relaciones Exteriores, reportó su robo en 1830. Confiados, pensaron que la copia de la Cámara de Diputados sería suficiente. Alamán intentó recuperar el documento pero sus esfuerzos fueron inútiles.
Se pierde el documento más importante del país
Algunas teorías afirman que se trasladó a Europa. Mientras que otra apunta a que Juan Nepomuceno Almonte, hijo de José María Morelos, se la regaló a Maximiliano de Habsburgo para pesuadirlo de instaurar el Segundo Imperio Mexicano. Esta última teoría es bastante creíble, sobretodo porque en la parte trasera del documento se encuentra su sello personal.
Esto podría significar que el Acta nunca salió del país y se mantuvo en propiedad de Maximiliano, quien tras ser fusilado le fueron robadas sus pertenencias privadas por el padre Agustín Fisher. El documento fue localizado en Madrid a finales del siglo XIX, por lo que el historiador Joaquín García Icazbalceta la compró para su colección, pero al morir su hijo la volvió a vender a Florencio Gavito Bustillo.
¿Cómo fue su regreso a México?
Al percatarse de la importancia del documento, Gavito intentó devolverla al país. Sin embargo, falleció pero sus deseos fueron cumplidos por su hijo por lo que en 1961 el Acta de Independencia regresó a México. El presidente Adolfo López Mateos fue quien recibió este papel tan importante para la historia del país.
A su llegada a México, el Acta pasó por una serie de estudios para determinar su veracidad. Los resultados fueron favorables y en la actualidad se encuentra resguardada en el Archivo General de la Nación.
Con información de Heraldo de México