Eran los años 50 del siglo XX. El Palacio de Bellas Artes contaba con un órgano maravilloso que, sin embargo, era muy grande para el máximo recinto cultural de México porque los tubos eran muy altos, el mayor medía aproximadamente lo mismo que un edificio de tres pisos.
En 1956 se decidió reubicarlo en el entonces joven Auditorio Nacional. Un estudiante de música fue parte del traslado e instalación, que estaba a cargo del que era su maestro, el reconocido organista Jesús Estrada.
El joven era Víctor Urbán, el músico que desde 2001 hasta su fallecimiento en mayo de este año fue titular del Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN), el más grande de Latinoamérica.
“Mi papá era estudiante y el maestro Estrada invitó a sus alumnos a que vieran el traslado, entonces él estuvo ahí desde el primer momento”, dice Adele Urbán, hija del organista (1934-2024).
Historiadora de la música y del arte, Adele cuenta que las autoridades del recinto escucharon a su padre tocar y “se dieron cuenta el talentazo que él era, así que le pidieron que fuera el ayudante de Estrada, que era el titular del órgano”.
Es por esta razón que la carrera de Víctor Urbán es parte de la historia del OMAN y del Auditorio Nacional, que le rendirá tributo con un concierto este 31 de agosto con grandes organistas que conocieron o fueron alumnos del maestro: los mexicanos Héctor Guzmán y Eliseo Martínez, el italiano Davide Pinna y el austriaco Stephan Kofler.
El repertorio estará integrado por obras de compositores nacionales e internacionales, entre ellas, una creada por el maestro Urbán llamada Uno’scherzo per Adele.
“Scherzo significa broma en italiano. Esa pieza está dedicada a mi mamá, que se llama Adela. Además scherzo es un tipo de composición en la que las notas parecen una broma. Mi papá conjugó estas ideas para hacerle una broma a mi mamá, es decir, hacerle una composición, Uno’scherzo per Adele, es algo muy emotivo”.