Hay quienes dicen que si pudiéramos escuchar la voz de Dios sonaría como Morgan Freeman. Después de todo, ningún otro actor habla con tanta calma y convicción, pudiendo ser reconocido hasta con los ojos cerrados por todo aquel que ha presenciado sus películas, series y documentales.
Y en el Festival de TV de Monte-Carlo, hasta el Príncipe Alberto II de Mónaco lo premió por su carrera, con el galardón máximo Crystal Nymph. Hasta allá viajamos especialmente para entrevistarlo, después de presentar también como productor ejecutivo la nueva serie de televisión The Gray House.
Después de recibir tantos premios en su carrera, ¿cómo reaccionó cuando el Príncipe Alberto II de Mónaco lo reconoció en el Festival de TV de Monte-Carlo?
Me pareció fantástico el solo hecho de haber sido invitado a Mónaco para recibir un premio. Fue un gran honor. Para mí, los premios son como una buena palmada en la espalda. Y siempre se siente fantástico.
¿Tiene algún lugar especial donde guarde todos sus premios?
En Mississippi tengo una sala donde coloco la mayoría (de mis estatuillas) y en diferentes lugares de mi biblioteca. Pero tampoco los tengo en exhibición para fanfarronear. Simplemente se ven bien ahí.
¿El Oscar por Million Dollar Baby también?
No, ese no lo ve nadie. Lo tengo en otra habitación, porque tampoco quiero levantarlo y decir ‘Mira lo que tengo’.
¿Y si tuviera que entregarse un premio a nivel personal, cuál de todas sus actuaciones le gustaría destacar?
Elegiría el estilo de cine con el que debuté: Street Smart (1982). Fue el trabajo que me catapultó a nivel internacional.
Habiendo empezado como actor en televisión y cine, ¿Nota los cambios con las plataformas de streaming?
Para empezar, yo voy donde está el trabajo. Y los mayores cambios que noto en las últimas décadas como actor, el más relevante es la televisión de streaming, porque es algo que todos anhelan. Los estudios de cine elevaron el juego hoy y es lo que a mí también me volvió a cautivar mucho más allá del mundo del cine.
Justamente en Mónaco estuvo presente como productor ejecutivo del estreno mundial de la serie The Gray House en el Festival de TV en Monte-Carlo ¿Cómo lo recibieron?
Con muy buenos comentarios.
Kevin Costner también es productor de la serie, ¿Qué tan diferente es ese trabajo detrás de cámaras como productores, sin aparecer delante de cámara?
No hubo demasiadas fanfarrias entre Kevin y yo. En la producción hay diferentes direcciones y los productores ejecutivos estamos mucho más afuera de la acción, porque solemos trabajar más en la preparación, leyendo el guion y cosas así. Y desde el principio, con Kevin, hablamos, nos reunimos, hicimos llamadas telefónicas y durante un año también trabajamos con el libreto.
En la base de datos de cine IMDBfigura que Kevin Costner había sido elegido para interpretar el rol de Tim Robbins en el clásico The Shawshank Redemption con usted ¿Es cierto?
No es cierto, pero después trabajamos juntos y seguramente nos habrás visto en Robin Hood: Prince of Thieves (1991).
¿Alguna anécdota que pueda contar sobre las veces que trabajaron juntos?
Hay algunas divertidas. Kevin Costner no tenía la menor idea que íbamos a filmar The Gray House en Rumanía. Lo supo cuando recibió el boleto de avión. Y se sorprendió, pero después tuvimos una gran experiencia, porque la gente en Rumania ama el cine, no se preocupa por multas si no hay suficiente comida y si hay algún problema, lo resolvimos juntos.
¿Qué tipo problemas tuvieron que solucionar por allá?
Bueno, cuando tuvimos que filmar una escena de batalla, justo había nevado a mitad de septiembre y todo el campo estaba blanco. No sabíamos que hacer, así que Kevin buscó una pala y empezó a quitar la nieve del campo. Y el equipo de filmación, todos en Rumania, los del catering y el microfonista, entre todos limpiaron el campo en 90 minutos. Eso es dedicación. Nadie dijo ‘Este no es mi trabajo’. Y la escena de la batalla se puede ver en 270 grados, sin un McDonald o líneas de cables de electricidad atrás, porque colaboramos juntos.
¿Y por qué eligieron Mónaco para el estreno mundial?
Nuestra historia está basada en Estados Unidos, pero la filmamos en Rumania con un equipo de filmación, en el que había franceses, italianos, ingleses, escoceses, irlandeses y canadienses. Es una producción internacional que cuenta una historia del pasado, sobre tres mujeres que fueron la gran ayuda con que el Norte de Estados Unidos ganó la Guerra Civil. Y quisimos compartir la experiencia de celebrarla como una historia mundial. ¿Qué mejor forma de hacerlo que en un festival de esta talla?
¿Por qué cree que nos gusta ver cine o series sobre guerras, cuando las repudiamos en la vida real?
Hay varios factores. Por un lado, atraen las escenas de acción y el cine es entretenimiento, donde las guerras cuentan con el drama de muchos errores y dudas. Y en este caso, es la historia de tres mujeres que realmente sobrevivieron a la adversidad. Es una historia real que fue totalmente encubierta.
Ya que habla de historias encubiertas, ¿Qué opina sobre la idea futurista de poder ser reemplazado por la inteligencia artificial con una imagen digital?
Pienso que la inteligencia artificial representa un peligro para nuestra propia identidad futura. Y como ser humano, me preocupa seriamente. Pero todos tenemos un alma que no puede ser replicada por una máquina. Es imposible. Podrán sonar como yo, pero nunca serán igual a mí. El miedo pasa por el hecho de tener una generación que ha sido educada con una tecnología a la que está muy acostumbrada y, hasta cierto punto, tal vez no pueda notar la diferencia entre una persona con alma y otra sin ésta. La inteligencia artificial está mejorando y dentro de unos años será mucho más que un presta atención. Esto es mucho más que pedir que prestes atención.