El Grillito Haciendo ruido en todos lados
En cada esquina de Uruapan se puede ver la mirada de un animal que una vez tuvo un hogar. Son esos perros que, un día, fueron parte de una familia y que ahora deambulan sin rumbo, buscando comida, refugio y, quizás, un poco de cariño. Lo que comenzó como la alegría de un nuevo cachorro en casa, terminó en una vida de abandono y sufrimiento.
En México, el abandono de mascotas ha llegado a niveles alarmantes, y Uruapan no es la excepción. Los perros son los principales afectados por esta cruel realidad. Muchos son comprados como si fueran juguetes, pero cuando crecen, dejan de ser “adorables” y se convierten en un “problema” para sus dueños. ¿La solución para algunos? Dejarlos a su suerte en las calles.
En 2012 se estimaba que en nuestra ciudad había más de 20,000 perros callejeros. Hoy, esa cifra obviamente ascendió Imagínate: por cada cuatro habitantes de Uruapan, hay un perro o gato que fue abandonado, que alguna vez conoció lo que era tener un hogar. Un número aterrador que sigue creciendo cada día, esto lo informó la regidora Tzetzangari Equihua Sánchez en el 2021.
Pero el abandono no es el único monstruo que enfrentan. La violencia también es parte de su historia. Muchos son atropellados, otros envenenados, especialmente en fechas turísticas o festividades religiosas, como si deshacerse de ellos fuera una “limpieza” necesaria. Uruapan es el cuarto municipio de Michoacán con mayor tasa de violencia contra los animales. ¿Cuánto tiempo más seguiremos mirando hacia otro lado?
Y mientras esta realidad golpea duro, el apoyo por parte de las autoridades brilla por su ausencia. No hay refugios municipales, y las leyes que protegen a los animales, desgraciadamente, no son respetadas por los servidores públicos, quienes ignoran las situaciones que involucran a los animales. Las campañas de esterilización son esporádicas y, en su mayoría, la ayuda proviene de colectivos y ciudadanos que, con lo poco que tienen, intentan salvar vidas. Sin embargo, los esfuerzos nunca son suficientes, ya que el problema es enorme y los recursos, escasos.
El abandono de un perro no es solo dejarlo en la calle, es condenarlo a una vida de dolor y miseria. ¿Cuántas veces has visto a uno de estos animales buscando entre la basura, sin saber que fue abandonado por alguien que alguna vez prometió cuidarlo? Y lo peor de todo: esta situación podría evitarse.
No se trata solo de amor, se trata de responsabilidad. De adoptar, no comprar. De esterilizar, no reproducir. De educar, no ignorar. Porque mientras seguimos siendo indiferentes, ellos sufren. Los perros no piden mucho, solo necesitan lo que alguna vez les prometimos: un hogar.
