Luego de que residentes de Barcelona protestaran en contra del turismo y la gentrificación que millones de viajeros han acarreado a esa ciudad, el ministro de Turismo español condenó las acciones de los manifestantes que rociaron a turistas con pistolas de agua el pasado fin de semana, y aseguró que esas acciones no representan la cultura de hospitalidad del país.
Activistas que protestaban contra los efectos del turismo de masas en la ciudad marcharon el sábado por el centro coreando consignas como “turistas, marchaos a casa”. Algunos rodearon restaurantes y un pequeño grupo de menos de una decena roció con pistolas de agua a personas que identificaron como turistas extranjeros, según un vídeo de Reuters.
Jordi Hereu, quien anteriormente fue alcalde de Barcelona expresó que, aunque las acciones de los manifestantes eran censurables, los medios de comunicación internacionales habían exagerado el incidente.
Los activistas antiturismo han protagonizado cada vez más protestas en Barcelona y otras ciudades costeras como Palma de Mallorca o Málaga, alegando que los visitantes encarecen el precio de la vivienda y hacen que los residentes no puedan permitirse vivir en el centro de las ciudades.
Según Hereu, es necesario regular y diversificar el sector turístico para hacerlo más sostenible. La redistribución de los beneficios del sector y la mejora de la calidad del empleo en el turismo ayudarían a aliviar las preocupaciones de los opositores, añadió.
En su manifiesto, la plataforma Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico (ABDT), que organizó la protesta del fin de semana en Barcelona, pedía que se aumentaran los impuestos al turismo, se redujera el número de terminales de cruceros y se pusiera un tope a los alojamientos turísticos de corta estancia.
El alcalde de Barcelona anunció el mes pasado que la ciudad prohibirá el alquiler de apartamentos a los turistas en 2028, una medida inesperadamente drástica con la que pretende frenar la escalada de los precios de la vivienda y hacer la ciudad más habitable para los residentes.
Hereu dijo que la regulación podría incluir medidas como limitar o incluso eliminar los alquileres de corta duración y limitar el número de habitaciones de hotel, pero que eso dependía en gran medida de las autoridades locales y regionales.
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El año pasado, unos 26 millones de turistas visitaron Barcelona, según el Observatorio del Turismo de la ciudad. Barcelona tiene 1,7 millones de habitantes.
El Ministerio de Turismo prevé que la llegada de turistas a España aumente un 13% interanual entre julio y septiembre.